Bueno, hoy voy a pasar por la casa del viejo a ver como anda, hace mucho que no se nada, espero que este bien, el trabajo me tiene muy ocupado últimamente, y por una cosa o por otra nunca tengo tiempo, pero hoy ya está decidido, voy a ir.
Me mira con los ojos entre tristes – por los párpados caídos ya por los años- y alegres de verme, siempre me espera para tomar unos mates y charlar de como nos está yendo a mi y a mi hermana que tampoco viene de visita, apenas dos o tres veces al año, se alegra de los logros individuales de nosotros, aunque habla muy poco de como se siente o hace, sabe que estuvo mucho tiempo ausente y reconoce en silencio que si nosotros estamos un poco ausentes con él no nos juzga aunque creo que quisiera que fuéramos un poco mas cariñosos, lo digo por el abrazo que quiere ser fuerte cuando nos despedimos, pero aunque queramos después de tanto tiempo que no lo vimos casi como que cuesta un poco devolverlo con la misma fuerza.
Hoy lo vi mas viejo, me enterneci un poco porque me acordé como lloró cuando se enteró de la muerte de mi mamá, de la cual no estaba enterado por estar fuera del país y que no quisimos decirle, se notó mucho el sentimiento por la perdida de quien fuera su mujer.
Charlamos de todo y de nada, le dejé algún regalo que le llevé casi como retribución a un buen regalo que me trajo de Europa para mi equipo personal de trabajo de edición de sonido y vídeo, fue un lindo regalo que no esperaba pero que aún no usé, no se por que, pero está ahí, a lo mejor como para verlo y pensar que algo de mi viejo tengo para recordarlo.
Me voy, no se cuando regreso pero ojalá no me traigan de vuelta alguna mala noticia, seguro mañana no me voy a acordar, pero el regreso hasta mi casa en donde la comodidad y el confort de un condominio cerrado en la zona norte del conurbano estará lleno de recuerdo de la última hora que estuvimos juntos
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