Y se hizo la noche
Se despertó,
El cuerpo agradecía el reparador descanso de la noche, al mirar a la ventana de la habitación algo le llamó la atención, el Sol entraba por las rendijas de la vieja madera, -no puede ser que haya dormido todo el día- fue su primer pensamiento ya que el Sol se ponía en la tarde sobre el frente del departamento y por ende sobre la ventana de la pieza, miró el reloj, estaba parado , la aguja mayor en el doce y la menor en el cinco, se levantó de la cama vistiéndose con ropa para hacer un poco de caminata, fue en dirección al baño y la luz que siempre dejaba prendida en las noches en el descanso de la escalera a la planta baja, estaba apagada -cada día duran menos las lamparas dijo entre dientes-
Utilizó el sanitario, descargó el agua y no sintió que se estuviera llenando nuevamente, por las llaves de agua del lavabo no salía agua, se miró en el espejo que tenía frente a sí y vio un dejo de asombro en su frente.
Bajó lentamente las escaleras que lo llevaban a la cocina con la intención de tomar unos mates, un gesto mecánico hacia la llave de luz le confirma que en realidad no hay luz, eso se notaba por el poco de agua que salía por debajo de la heladera que se estaba descongelando, mira el reloj de la pared y estaba igual que el de su muñeca, tantea la pava de agua y estaba como por la mitad, entonces busca el encendedor para prender la cocina y oh sorpresa... tampoco tenemos gas -dijo en voz alta- y bueno será desayuno con cereales media banana y yogourt bebible, se lo sirvió en un tazón y ya sentado el la mesa de la cocina se dio cuenta del silencio que reinaba, -suerte que tengo el teléfono celular con radio se dijo- y lo prende para buscar su radio preferida pero en la pantalla no marcaba nada de señal y un anuncio que decía "Batería muy baja, conecte el cargador", que cargador si no hay luz...! ! ! ya con un poco de rabia empezó a lanzar improperios contra los prestadores de servicios, pero comenzó a comer su cereal, por el patio de paredes altas que tenía detrás de la cocina se veía un cielo azul y las pocas nubes que se veían tenían un tinte naranja , cuando en realidad tendría que esta entrando el sol al patio y en la ventana de la cocina, era un típico atardecer de primavera.
Le atribuyó el silencio a la falta de luz ya que ningún vecino tenía artefactos o maquinaria prendida, el aroma del aire se sentía como de campo, tierra mojada, flores silvestres, pasto...
Dejó el tazón en la pileta como para lavarlo después y se va hacia la puerta de entrada para salir a caminar como todos los días hasta la estación del ferrocarril, comprar alguna cosa que le faltara por el camino de regreso y prender la computadora si es que para cuando regresara había luz.
Al abrir la puerta un rayo de sol le da en plena cara que tiene que cerrar los ojos y darce vuelta para poner llave a la puerta de entrada, ya los ojos se acostumbraron a la claridad que lo sorprendió ya que todos los días el sol estaba a espaldas del departamento, en frente tendría que estar el edificio del colegio de tras pisos y no había nada, se da vuelta para mirar su casa que estaba en un terreno donde estaban construídos cuatro dúplex y solo estaba el de él, reparó que el número que siempre estubo al lado de la puerta ya no existía, solo estaba parado en el medio de la nada su dúplex...! ! !, no existía el asfalto de la calle, ni los postes de luz y teléfonos ni siquiera los árboles que estaban en la veredas, para el lado que se mirara se veía el horizonte, ningún pájaro surcaba el aire, el Sol caía ya mas rápido en las últimas horas de la tarde.
Parado frente a la puerta que aún tenía sujeta por la manija, sintió los latidos del corazón como si tuviera un equipo de sonido dentro de él, no sabía en que pensar, si bien vivía solo y tenía poca familia, sin largar la manija de la puerta que lo hacía sentir aferrado a algo estubo un rato largo, la luna estaría en su face de Luna Nueva porque no asomaba por ningún lado, algunas estrellas a millones de años luz apenas se distinguían, ya no podía ver ni sus propias manos, se dejó resbalar contra la puerta sin soltarla de la manija, y se hizo la noche.